Mamashanta,
Hoy te escribo en español mientras juegas a mi lado. Veamos si me das suficiente tiempo para dibujar estas palabras.
Cuando Mama era pequeña, llevaba una lonchera al colegio con desayuno. Recuerdo comer galletas de soda con Cheese Whiz, sandwiches con jamón, mandocas con queso, y tequeños. De vez en cuando Nanita me enviaba arepas. Envueltas en papel aluminio para que conservaran su calorcito.
Todas las mamás de la familia tienen su vena Venezolana y hacen arepas bien formadas, crocantes por fuera y suaves por dentro. Las arepas que crecí comiendo eran gorditas, con suficiente masa como para pegarse al cuchillo cuando la abres.
Tu tía Gaby también hace arepas muy buenas. Le he visto usar la técnica de rodar las arepas sobre el mesón de la cocina para que su redondez sea lo más cercano a perfecta. Nanita otras veces usa bolsas Ziplock para aplastarlas y asegurarse que su superficie sea uniforme.
Las arepas que tu comerás no son así de bien formadas. Nunca recuerdo si poner el agua con la sal va primero, o si debería mezclar la Harina Pan con la sal antes de agregar el agua. Tampoco sé como usar medidas, y una cosa que no debes esperar de mis arepas es uniformidad. Cada arepa tendrá individualidad de forma. Y así quiero que veas muchas cosas en la vida, no todo saldrá como lo esperas, de vez en cuando habrá una arepa con envidiables dimensiones, otras veces saldrá “choreta” pero igualmente sabrosa.
Lo que sí puedes esperar es ver arepas en nuestro menú a cada rato. Cada vez que comemos arepas tocamos ese hilo invisible que nos conecta con Venezuela. Nos conecta con las memorias bonitas que compartiré contigo y la familia que espero pronto puedas conocer.
Venezuela no es sólo un país, pero una parte de mi que siempre llevarás contigo así como yo llevé mis arepas en la lonchera.
Que bonita es esta carta y memoria sobre las arepas de su juventud. Me gusta su metáfora entre las arepas y la vida, que “no todo saldrá como lo esperas.” Pase 2 meses en Venezuela en 2012, es un país hermoso con gente muy amable, y las arepas eran riquísimas!
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Gracias, Denise! Espero te hayan gustado 😍
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Ay Ana, esto es tan hermoso. Especialmente esto: “Cada vez que comemos arepas tocamos ese hilo invisible que nos conecta con Venezuela.” Recientemente fuimos a Hola Arepa en Minneapolis. Era la primera vez que comía arepas. Gracias para escribir en español hoy.
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Anaaa! Cada slice de este mes no es solo una carta de amor, sino una lección de vida para Elena (y para nosotros, tus lectores!).
Tengo la suerte de haberte visto cocinando arepas, y de haber probado las que cocinaste. Y son riquísimas, da igual su forma. Como dijiste: “Y así quiero que veas muchas cosas en la vida, no todo saldrá como lo esperas, de vez en cuando habrá una arepa con envidiables dimensiones, otras veces saldrá “choreta” pero igualmente sabrosa.”
También me gusta la fuerte conexión e hilo invisible a Venezuela, un país y una cultura que será tan importante en la identidad de Elena. ❤️
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